domingo, 3 de mayo de 2015

Amor/odio

Ultimamente no escribo mucho por aquí. Mis rutinas ciclistas son las mismas que siempre, pero estoy en un punto en el que no me he encontrado nunca.
Fisicamente y de forma me encuentro mejor que nunca, pero curiosamente eso hace que este especialmente desmotivado a la hora de encarar nuevos retos.
Me cuesta mucho salir a hacer salidas duras, no porque no pueda sino porque las consigo acabar sin mas. Lo que antes eran para mi grandes gestas se han convertido en algo habitual y no encuentro motivación suficiente para sufrir (disfrutar) como antes...
Ahora bien, todo eso se acaba una vez que empiezo a rodar. Una vez que estoy encima de la bici me siento mas atado a este deporte que nunca. Toda la pereza, y las pocas ganas de moverme que tengo cuando suena el despertador se convierten en en un bienestar extraño cuando me adentro en las rutas.
Sin tener ninguna pedalada a la vista, hoy he salido a hacer una ruta larga en la flaca. Sin intención de exprimirme lo mas mínimo he salido hacia el sur, para ascender a las Ventosas.

Llegando a Castellet
Hacia un día primaveral, y aunque a el sol le ha costado asomar de detrás de las nubes en las que se escondía, ha hecho mucha calor. He disfrutado muchísimo, solo, como casi siempre que hago salidas largas, parecía que las piernas no tenían fin.



Hoy he tenido la buena idea de probar una carretera nueva para mi, una carretera vecinal que va desde Pontons hasta la collada de la Llacuna. Es una carretera chulisima, encima estando en primavera todavía mas. Nunca había pasado por ahí y he visto que muchísimos ciclistas la utilizan. Recomendable al cien por cien.


Llegando a casa ya me he empezado a notar fatigado, pero bueno, es lo normal después de estar dando pedales 6 horas y con solo 2 geles en el cuerpo.... Han salido 167 km y 2000 metros de desnivel en 6 horas, a 141 PPM.
Esperemos que pase pronto esta desgana por ponerme el maillot, ya que con el puesto sigo siendo el de siempre.

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